Un sitio conocido hasta hace no mucho, cuyas arenas de color rojizo eran un secreto que compartían algunos cuantos aficionados al senderismo y a la bici de montaña.
Los Prismas Basálticos, la Hacienda de San Miguel Regla, las Grutas de Tolantongo, Peña del Aire, los Atlantes de Tula y el Parque Nacional El Chico. Estos son solo algunos de los lugares que se pueden visitar en el estado de Hidalgo, rico en atracciones naturales, históricas y gastronómicas. Recientemente a todos ellos se ha sumado un atractivo más: las Dunas Rojas de Pacula.
La temporada ideal para visitar este lugar es entre diciembre y mayo, pues no hay lluvias que te impidan admirar el esplendor de las dunas. Para llegar a Pacula, debes dirigirte al Parque Nacional Los Mármoles. Debido a que es un atractivo turístico reciente, no encontrarás muchos señalamientos, por lo cual te recomendamos utilizar tu GPS o un guía. Una vez en Los Mármoles, debes realizar una caminata a través de sus formaciones de piedra caliza y bosque de pinos y enebros, que cuentan con fauna tal como venados, liebres y tlacuaches, en poco tiempo el verde dará paso a un paisaje rojo brillante bajo el azul del cielo.
Un paisaje como sacado de otro mundo
Las formaciones de arena rojiza te darán la sensación de que te encuentras en otro planeta, Marte, para ser más específicos. Lo que tienes frente a tus ojos es el resultado del tiempo: las dunas se formaron a lo largo de décadas cuando el viento depositó la arena roja que se acumuló en los yacimientos de piedra caliza y volcánica del lugar. Hidalgo es una zona con mucha obsidiana.
El paisaje sobresale por su rojo intenso, dándole mucha personalidad al lugar. Si te adentras en los senderos que se forman entre las dunas, te aseguramos que lograrás fotos espectaculares y quizás alcances a avistar algunas águilas y zopilotes.
La arena de este sitio debe su color a la laterita y al óxido de hierro que era extraído de las minas aledañas que explotaron en la región durante la Colonia, cuando Hidalgo se convirtió en uno de los sitios mineros por excelencia, al cual llegaron muchas compañías provenientes de Inglaterra. Afortunadamente, la concentración de estos minerales en la arena de las dunas no alcanza niveles tóxicos, por lo que puedes visitarlas sin ningún problema.
Lo que sí te recomendamos es que la ropa y calzado que lleves, además de ser muy cómodo, no sea tu favorito, pues el color de la arena sí puede manchar momentáneamente. Claro, nada que un poco de jabón y agua no puedan quitar, pero más vale ser precavidos. Indispensable es que lleves agua, sombrero o gorra y protector solar, mucho protector solar, sobre todo si acudes entre las 11 y 5 de la tarde, pues en las dunas hay pocos árboles para refugiarte del sol.
Disfruta de los alrededores
En este lugar también puedes hacer recorridos en bicicleta de montaña o incluso en moto. Aprovecha tu visita al Parque Nacional de los Mármoles y date una vuelta por sus aguas termales o las grutas de Xhajhá. Al terminar tu recorrido y para regresar poco a poco al planeta Tierra, te sugerimos acudir al pueblo mágico de Zimapán, en la Sierra Gorda.
Ahí puedes tomar un descanso en el Restaurante 1810, ubicado a un costado del palacio municipal y cuya exquisita carta de especialidades mexicanas no puedes dejar de probar. Al finalizar, recorre sus callecitas empedradas y date una vuelta por la Parroquia de San Juan Bautista, edificada en 1722 al más puro estilo colonial.